Thursday, August 16, 2012

La PDVSA roja, rojita y su fingido Presidente

. “El vicio rara vez se insinuó oponiéndose a la honradez; casi siempre toma el disfraz de ésta”. Jean Jacques Rousseau.

“Se cansa uno”.

Cierto que al leer esta corta, pero contundente frase, resulta inevitable recordar a Omar Lares, quien la hiciera popular, al usarla al final de cada una de sus leídas columnas semanales, en el periódico El Universal de Venezuela. Nosotros la hemos tomado para iniciar nuestra nota semanal, ya que, de alguna manera, durante las últimas semanas nos hemos visto en la imperativa necesidad de referirnos a informaciones que proceden de la PDVSA roja, rojita.

Y es que parece ser que, tanto el presidente saliente de la República, Hugo Chávez, como su secuaz, también presidente saliente, pero de PDVSA, han entrado en una suerte de desespero, al ver como se les acaba el tiempo y no han podido destruir completamente a la empresa. Es cierto que PDVSA se encuentra en un estado de minusvalía operacional, técnica, financiera, comercial e institucional, pero, estimamos que todavía quedan arrestos de dignidad en su personal y fortaleza en su infraestructura física, para servir de plataforma en la construcción la nueva industria de los Hidrocarburos en Venezuela.

Resulta ser que esta semana, el señor Ramírez, circuló unas declaraciones donde ratificó la posición del régimen de gobierno venezolano en relación al asunto Repsol-YPF, • “Creemos que Repsol debe pensar muy bien lo que va a hacer contra Argentina porque seremos solidarios y no permitiremos que una firma transnacional atropelle a una compañía hermana como es YPF”.

Más adelante se refirió a las críticas que le formuló el presidente entrante, Henrique Capriles, a su gestión que incluye su pésima administración financiera, a lo cual respondió sin ningún indicio de pena o vergüenza que: • “Debe saber que lo difícil no será botarme, sino arrancar a PDVSA de las manos del pueblo ¿Cómo piensan hacerlo? Nuestros obreros petroleros no aceptarían un programa entreguista de la extrema derecha porque son vanguardia de la Revolución”. •  “Hicimos un plan estratégico para producir 4 millones de barriles diarios en 2014 y 6 millones en 2019. Salimos a buscar préstamos y los conseguimos. ¿Si estuviésemos en quiebra, quién nos prestaría?”

En otro aspecto de la declaración, el presidente saliente de PDVSA, afirmó categóricamente, pero sin argumento de sustentación, lo siguiente: • "Nosotros nunca antes le vendimos un barril de petróleo a China y ahora le vendemos 640.000 y a un mejor precio que lo que se vende en el mercado estadounidense". Para finalizar, el señor Ramírez apeló, a las muletillas del lugar común y del cliché, expresando: • “Todo el petróleo venezolano se vende a precio internacional y no hay manera de que se produzcan ventas con descuento. Lo que sí hacemos en el contexto de la solidaridad y de una ética distinta en el tema petrolero es que nosotros establecemos con los países más pequeños esquemas de financiamiento y aceptamos que nos paguen con productos. A la extrema derecha no le cuadra en su mente y en su visión comercial que Uruguay nos pague, por ejemplo, con unas vaquillas."

Luego de estas declaraciones, proclamamos, por enésima vez, nuestro rechazo a la forma como se conduce la política petrolera nacional. Se hacen afirmaciones irresponsables y deliberadamente engañosas que se contradicen con menciones anteriores, de acuerdo con la convivencia del momento y las circunstancias políticas. Se toman decisiones que lesionan, seriamente, el patrimonio de la empresa y el país, sin que nadie rinda cuentas, ni se den respuestas sobre las dudas razonables, referidas a cada uno de los “negocios y convenios” que firman de manera continua. Solo nos queda reiterar nuestra posición sobre estos puntos que integran la deplorable y vergonzosa declaración de Rafael Ramírez. Veamos: • Resulta indignante la extorsión pública que se intenta contra la empresa Repsol, a la cual no tenemos ningún interés en defender, sencillamente cuestionamos los destemplados y altisonantes argumentos oficiales fijando posición entre las partes, lo que constituye una claro e inaudito acto de injerencia y dejando sentada una clara amenaza sobre los activos de Repsol en Venezuela.

Máxime cuando el presidente saliente Hugo Chávez afirma que no corren riesgo. • Se pretende distraer y alterar el espíritu de respeto y conciliación que el próximo presidente Henrique Capriles ha expresado con relación a los trabajadores que conforman la actual nómina de PDVSA, tratando de predisponerlos para la confrontación y alentando la violencia. De nuevo Ramírez apela, a los términos agotados y en desuso de izquierda y derecha. Al país y a PDVSA, no llegará ni la derecha ni la izquierda, llegarán manos para construir un futuro digno, de progreso y democracia. • Ese plan estratégico, el dúo Chávez - Ramírez, lo han anunciado desde hace seis años, antes se llamó el Plan Siembra Petrolera y ofrecieron 4 millones para el 2008, después lo aplazaron para el 2009, luego cambiaron al 2010, lo movieron al 2011, lo modificaron para el 2012 y ahora lo prometen para el 2014. Mentiras y engaños. Tampoco es cierto que se produzcan 3 millones de barriles diarios y que alcanzaremos 3 millones 500 mil a fin de 2012, sencillamente imposible.

Por cierto, ¿Puede usted señor Ramírez, sustentar la producción con cifras por región, campo, distrito, yacimiento, pozo?, ¿Dónde esta la publicación del Ministerio, Petróleo y Otros Datos Estadísticos (POES), 2009, 2010, 2011? • No existen tales prestamos, existen compromisos de entrega de crudo a futuro, bonos, promesas, entregas de campos de la Faja, extorsión, deudas con empresas mixtas, etc., etc., etc. • Las cifras de la Administración de Aduanas de China señalan que Venezuela fue el sexto suplidor de petróleo de ese país al cierre del primer semestre de 2012 con un volumen de 320.900 barriles por día y precio promedio de 99 $/Barril. A propósito,

¿Cuánto nos cuesta el flete por un viaje de 45 días?, ¿Cómo puede valorarse mejor el crudo en China que el entregado en nuestro circuito refinador CITGO y a empresas estadounidenses en la Costa del Golfo, a 6 días de navegación?, ¿Aun a precios iguales, quién paga el diferencial de flete?, ¿Cómo justificar que compramos crudo en el mercado “spot” para llenar nuestras refinerías? Para el último punto, de las declaraciones de Ramírez, les dejamos lo publicado en el boletín de VenEconomía del día 13 de agosto, titulado “Malabarismos numéricos”. Una explicación amplia y contundente. • Convenios y transacciones opacas de las que poco se conocen condiciones y detalles.

Uno de los que llama poderosamente la atención por el malabarismo numérico realizado es el convenio de PDVSA con la estatal uruguaya ANCAP (Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland) para saldar una deuda contraída desde 2005 en compras de petróleo por $860 millones, parte de la cual está vencida y otra parte pagadera en 15 años. El valor neto actual de esta deuda es de $517 millones. PDVSA llegó a un acuerdo con ANCAP para el pago de estos $517 millones a fin de cancelar ese total adeudado. Esta “solución” no sería mala idea para una empresa comercial que necesitase liquidez de inmediato y quisiera sincerar sus cuentas. O también podría tener sentido desde el punto de vista político, si se concreta como una forma de "agradecimiento" a Uruguay por su apoyo a la solicitud de Venezuela al Mercosur. Resulta que existen bonos de PDVSA que se negocian en el mercado abierto a 60% de su valor nominal, lo que hizo posible un enrevesado acuerdo entre PDVSA y ANCAP que contempla que (a) Uruguay compre unos $860 millones (el valor nominal de la deuda original) de los bonos de PDVSA en el mercado abierto, a un costo de unos $517 millones (monto de la deuda de ANCAP, a precios actuales de mercado); (b) luego esos bonos ingresan a PDVSA; la cual (c) registraría esos bonos como recibidos a su valor nominal para el pago de la deuda. El resultado de este malabarismo es que ANCAP se beneficiaría de un descuento por “pronto pago” de $343 millones, mientras que PDVSA no registraría pérdida alguna y sus cuentas de efectivo no son afectadas. El “detalle” es que la “justificación” comercial de la transacción supuestamente era que PDVSA recibiría $517 millones en efectivo, a cambio de “perdonar” $343 millones de deuda”.

SE CANSA UNO.

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