Friday, July 20, 2012

Chips de PDVSA: ¿Tecnología al servicio del poder?



El que ha sido mordido de culebra, cuando ve el bejuco brinca”.
Saber popular

Justo en días recientes, tuvimos la oportunidad de rencontrarnos con grandes amigos con quienes hemos venido compartiendo la idea, cada vez más posible, de presentar un proyecto de país, basado en la tecnología, el conocimiento y la educación, concebido en defensa del sistema democrático y su desarrollo cada vez más profundo. Cierto que este planteamiento parece, por ahora, tan solo un sueño, una ficción o, como lo diría Andrés Eloy Blanco, “vapores de la fantasía; son ficciones que a veces dan a lo inaccesible una proximidad de lejanía.”  La verdad es que así parece ser, porque por ahora, tenemos un régimen que desgobierna a Venezuela y solo se plantea, su destrucción imponiendo una constante sucesión de barbaridades y exabruptos, acompañados de una incesante emisión de promesas y supuestas soluciones que solo persiguen ayudar a los sectores más pobres a sobrevivir en la pobreza, generando el falso paradigma de la ayuda y la esperanza en el futuro.
Sin embargo, estamos persuadidos que los días de oprobio están contados y, más temprano que tarde esta propuesta y otras similares, buscarán convencer  a diferentes actores políticos, académicos y empresariales claves, sobre su extraordinaria significación, si se articula de manera conveniente,  para el inicio de una acción política democrática que potenciaría el uso del conocimiento, basado en la ciencia y la tecnología.
Esto viene al caso, porque durante los últimos días, hemos observado un muy interesante debate de ideas y posiciones enfrentadas, en el seno de la alternativa democrática, sobre la aplicación del “Chip” (circuito integrado), impulsado por PDVSA para “combatir el contrabando”.
Es momento de confesar que esta idea del chip u otro mecanismo similar, es algo que, desde nuestro punto de vista, deberá analizarse de manera acelerada porque la problemática de la gasolina en el mercado interno nacional, es un asunto de vital importancia de cara al futuro para poder sincerar la matriz energética del país. De modo que, los argumentos que reivindican el uso del chip, como los expresados por Elio Ohep, en PetroleumWorld, son ampliamente aceptados por nosotros, en especial cuando se afirma: “Es la manera práctica efectiva y eficiente para en un futuro el Ministerio de Energía pueda controlar eficientemente el consumo de gasolina de cada uno de los vehículos en el país, y por ende establecer políticas públicas donde hubiese una diferencia justa en el precio del combustible de acuerdo al perfil de cada vehículo. Por ejemplo, con parámetros como: marca, modelo, consumo y ano del vehículo, con consumo por un periodo determinados, por las rentas declaradas anualmente al SENIAT del propietario del vehículo entre otros parámetros, podría crearse un perfil para cada vehículo, podríamos tener una diferenciación en el precio del combustible asociada a un precio a pagar diferente por el combustible, tal como lo hacen en otros países”.
Compartimos esta afirmación, ya que, aun cuando no estamos de acuerdo con medidas permanentes de discriminación de ningún tipo, tenemos que entender que de manera transitoria y en tanto, se generen las soluciones y programas permanentes, serán necesarias medidas selectivas. Algo similar a las Misiones, las cuales, si bien no consideramos una solución estructural y permanente, será necesario extenderlas, eso si, a tiempo finito, hasta que el nuevo modelo político, sea capaz de ofrecer, empleos dignos y oportunidades para mejorar la calidad de vida de los venezolanos en pobreza extrema.
Sin embargo, el hecho claro, inequívoco e indiscutible que este dispositivo electrónico, no servirá para reducir el contrabando de combustible desde el Zulia hacia territorio colombiano, nos induce a pensar, de manera acertada, en nuestra opinión, que será un nuevo instrumento para permitirle a la “robolución en el poder”, cumplir con el objetivo de ejercer el control para fines político-partidistas, manipulando  el apoyo electoral en función de suministros excedentarios y montar un aparataje de corrupción, para beneficiar a sectores de oficialistas, dentro y fuera de PDVSA.
En fin, la propuesta, así formulada por la empresa y defendida, de manera vehemente, por líderes del PSUV y PDVSA, deja traslucir una relación de sometimiento-poder-control que tiene como soporte a la tecnología y por ende,  se da una combinación en la cual, la tecnología puede servir como  instrumento para el control.
Por otro lado, nadie desde el “desgobierno nacional”, se atreve a reconocer que los ingentes volúmenes de contrabando de gasolina y diesel que salen del país rumbo a Colombia, Brasil, Guyana y países de la comunidad caribeña, solo pueden ser posibles, gracias a la complicidad de miembros de las Fuerzas Armadas Bolivarianas con funcionarios públicos y empleados de PDVSA. Estamos hablando de 12 millones litros diarios, es decir 360 millones de litros mensuales y 4 mil 300 millones de litros anuales. Si suponemos que cada carro hace dos viajes de contrabando diario, es decir unos 120 litros, serán necesarios 100 mil vehículos en el territorio nacional dedicados a tal fin ¿Cuántos viajes serán necesarios para lograr esta proeza anual?
Sobre este punto en particular, Laureano Márquez, escribió la semana pasada, en Tal Cual y Noticiero Digital, lo siguiente:
Obviamente, el precio de la gasolina en nuestro país es altamente competitivo para la “exportación” paralela. Pensarán los contrabandistas: “si el gobierno la regala y nosotros la vendemos, somos más patriotas todavía”. Hace algunos años incluso se llegó al descaro de lanzar una manguera por un río hacia Colombia. En los estados fronterizos es vox pópuli cómo sale la gasolina, quién lo hace, cómo se reparte la ganancia, lo que cuesta un cargo de vigilancia en la frontera, cuántos carros y quintas tiene el que comanda el “operativo” y pare usted de contar”.
Por estas y muchas otras razones, estamos muy de acuerdo con la oposición planteada en el Zulia, a los chips de PDVSA, sin embargo, creemos que la explicación debe profundizarse, porque podría suceder que, en tan solo algunos meses, ese planteamiento de instrumentar los chips, provenga desde el nuevo gobierno, eso si, con otros fines, ajenos al control político y el ejercicio del poder omnímodo.
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Contrato colectivo FUTPV y  PDVSA: Otra opereta electorera.
La verdad es que como profesional que esta muy identificado y consustanciado con el movimiento sindical y su imprescindible presencia, para transitar el camino democrático en la construcción de una sociedad más justa, precursora del trabajo digno y vigilante y del proceso mejorador de la calidad de vida que permitira sacar cada vez más ciudadanos de la pobreza extrema, nos causa una profunda repulsión, la vergonzosa actuación de algunos impostores que fungen como líderes sindicales. Estos señores, encabezados por Wills Rangel, se burlan de los trabajadores y arman toda una tramoya, en la supuesta discusión de una Convención Colectiva, previamente acordada con el desgobierno y PDVSA, para después hacer un gran anuncio que en medio de la campaña electoral, seguramente le permita a su único líder, Hugo Chávez, aparecer como el salvador, el vengador y el gran aliado de los trabajadores. Podemos anticipar que esa será la escena final antes de la firma oficial de la Convención Colectiva 2011 – 2013.
Muy atrás quedaron los principios de lucha por las reivindicaciones y el cumplimiento de las cláusulas que hoy son solo letra muerta y que nadie se ocupa en exigir su cumplimiento. Lejos, muy lejos, quedaron los compromisos históricos por las luchas reivindicativas de 1936 y en los años previos a la estatización de la Industria. En el olvido, de muchos dirigentes sindicales del sector, se encuentran las agitadas discusiones de las décadas precedentes a la llegada de Hugo Chávez al poder. Hoy han permitido que estos sindicatos se conviertan, junto con sus seudo-líderes, en representantes patronales. Engañan y se ríen de los trabajadores, en función de las prebendas personales que 

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