Friday, June 15, 2012

Votar en Nueva Orleans: oro abuso más

Actualidad local

Votar en Nueva Orleans: otro abuso más

Luis Prieto Oliveira

      La comunidad venezolana del sur de Florida, la más numerosa de cuantas constituyen la diáspora venezolana, que se cifra en unos 200 mil individuos, ha echado raíces en esta zona y originado una sociedad y una economía peculiar. Nuestra gente contribuye, de manera notable, al fomento del comercio entre Miami y Venezuela, operación que implica más de 6 mil millones de dólares anuales y genera cerca de 150 mil empleos permanentes y la operación de centenares de empresas de comercio, producción, empaque y transporte de mercaderías entre ambos países.

        Esta intensa actividad económica se ha traducido, de manera muy clara, en el crecimiento de la actividad consular venezolana en la región. El Consulado General de Venezuela en Miami, eliminado por una acción caprichosa del régimen  imperante en nuestro país, era el más activo de cuantos tiene Venezuela en el mundo. De acuerdo con cifras oficiales, recibía la visita diaria de unas 500 personas que realizaban allí unas 2000 actuaciones consulares y dejaban ingresos netos para la nación de unos 2.5 millones de dólares anuales. Posiblemente la única oficina pública venezolana que produce una clara utilidad financiera.

       Por supuesto, aparte de esa utilidad financiera, generaba también un conjunto de beneficios para los venezolanos que han escogido a este vasto territorio, que incluye,  los estados de Georgia, y las dos Carolinas, con un área total equivalente a la mitad del territorio venezolano. Para dar una idea de la vastedad territorial sólo debemos mencionar que el territorio de Florida se reparte entre dos husos horarios. Entre Miami y Pensacola, por ejemplo, hay una diferencia de una hora.

       Entre los beneficios obtenidos por la relación consular están: gestión de fe de vida, indispensable para actualizar los pagos de pensiones de retiro, asignaciones de dólares para estudiantes, remesas familiares, otorgamiento de poderes y otros documentos que requieren notaría, legalización del transporte de equipajes para los venezolanos que regresan al país, obtención de las certificaciones de origen requeridas por CADIVI para autorizar la erogación de dólares a los importadores venezolanos. A ello se añade la obtención de pasaportes, la inscripción de los hijos de ciudadanos venezolanos nacidos en territorio estadounidense  y un conjunto de otros servicios de carácter administrativo.

       Adicionalmente,  por tradición e importancia de las relaciones económicas, el Consulado ha cumplido, dentro del marco normal de la discreción diplomática, funciones de inteligencia, tanto financiera como delictiva, porque aquí se realizan diversas operaciones de lavado de dinero, recepción de drogas prohibidas y legalización de caudales provenientes del peculado, sobre las cuales, por supuesto, el gobierno venezolano desea y necesita información fidedigna e inmediata.

           Por supuesto, dentro de todo este manojo de actividades, el papel del Consulado como agente del CNE para la celebración periódica de elecciones entre los residentes aquí, es apenas una, aunque, es fundamental,  desde el punto de vista del cumplimiento de uno de los derechos fundamentales y universales garantizados por la Constitución y los Tratados, Pactos y Convenios suscritos y ratificados por el Estado Venezolano.

Efectos políticos de la clausura del Consulado

            Aparte de los obvios efectos económicos creados por la injustificada y arbitraria clausura del Consulado, los del plano político son ahora muy evidentes. El acto electoral se ha cumplido en Florida, de manera ininterrumpida, desde 1998, cuando se autorizó por primera vez la emisión de votos a los venezolanos domiciliados en el exterior. Aquí se ha votado en cuatro elecciones presidenciales, dos elecciones legislativas y tres referendos constitucionales, es decir, en nueve ocasiones y sólo se ha utilizado el local del consulado en dos ocasiones, en 1998 y 2005, en las otras oportunidades los comicios ocurrieron en locales externos, debido al número de participantes,  que excede ampliamente el área disponible en la sede consular. En siete ocasiones se ha votado en locales ad hoc, fuera de la sede, lo que implica, de manera clara, que no existe ninguna cualidad territorial del voto, como tampoco lo reconoce nuestra constitución y leyes.

          La imposición de restricciones caprichosas, ilegales e inconstitucionales, la incapacidad del estado venezolano para dotar de documentos de identidad a sus ciudadanos residentes fuera de su territorio, ha restringido el número de venezolanos registrados para votar, sin embargo el hecho de que más de 20 mil personas aparezcan en el padrón electoral correspondiente a este territorio consular, lo convierte en el centro electoral individual de mayor tamaño entre todos los más de 14 mil que existen. Tenemos entendido que el segundo es el Liceo Andrés Bello, con un total que apenas excede los 8 mil votantes.

 La falaz argumentación de la exigencia territorial, que, sin embargo, no se aplicó para crear tres centros electorales en Cuba, en sitios donde no hay consulado, demuestra una clara parcialización política y animadversión hacia los venezolanos  de Florida, cuyos votos han sido consistentemente contrarios al régimen actual y, además,  la subordinación abyecta del CNE al poder ejecutivo, contrariando lo dispuesto en la Constitución y lo garantizado, entre otros, por la Carta Democrática Interamericana.

           Las elecciones en Miami, aunque se han realizado bajo la dirección del Consulado, han dependido, en gran medida, de la actividad voluntaria de los venezolanos residentes, quienes han suministrado los miembros de mesa, personal logístico, seguridad, operación de identificación y orientación de votantes y, a través de sus contactos locales han conseguido locales adecuados para efectuar las elecciones.  Una elección presidencial se calcula que requiere un mínimo de 500 voluntarios, que deben trabajar por varios días antes de las elecciones para organizar todos los aspectos. Un ejemplo claro de esta capacidad organizativa y eficiencia, fueron las elecciones `primarias del pasado 12 de febrero, que no contaron con ninguna presencia oficial y fueron realizadas con total orden, sin que se suscitara ningún incidente lamentable.

Una decisión infeliz

           Cuando el CNE, con la ausencia de Vicente Díaz, decide, dentro del marco de sus potestades, entregar la agencia electoral al consulado en Nueva Orleans, no tomó en cuenta que existe una distancia de casi 1400 kilómetros entre Miami y la ciudad del estado de Luisiana, aparte del hecho de que en Nueva Orleans, en septiembre de 2010 había un total de 421 electores registrados, de los cuales votaron 50, se abrió una sola mesa, que funcionó en el Consulado. En Miami votan más de 20 mil personas, con un total de 40 mesas, que requieren 280 personas entre miembros y testigos, más una cantidad igual para ofrecer relevos. En todo el registro activo de esa ciudad no hay suficientes personas para cubrir las necesidades mínimas de operación.

         Aunque el día lunes 8  de Octubre, es Columbus Day y feriado oficial en Estados Unidos, es casi imposible que se pueda hacer una movilización de esa magnitud, además de que existe un número considerable de ancianos, enfermos, mujeres embarazadas, madres con niños pequeños, cuya transporte es problemático y omitirlos constituiría un delito de violación de derechos fundamentales.  Esto sin mencionar el gasto mínimo  personal que implica una movilización de este tipo.

       Por estas razones consideramos impracticable el traslado del sitio de votación y, por el contrario, estamos seguros de que la organización ciudadana de Miami, que cuenta con un crecido número de voluntarios de amplia experiencia en organización, logística, seguridad y formación de testigos y miembros de mesa, puede ofrecer este activo invaluable al Consulado de Nueva Orleans, para que las elecciones se hagan en Florida y conseguir un local adecuado, así como la colaboración de las autoridades locales (policía, bomberos y otros) , sin que ello implique costos para el consulado. Incluso, el personal de control electoral, que vendría de Venezuela, podría ser alojado con cargo a la comunidad venezolana de Miami.

       Esta sería la única forma en la cual se redimiría el CNE, otra sería que la Cancillería subsanara su error y procediera, de inmediato a la reapertura del Consulado en Miami y procediera a autorizar el acto comicial.  Creemos que nuestra comunidad merece una respuesta oportuna y positiva.


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