Friday, March 16, 2012

Cuba es un "cáncer" para Venezuela

Actualidad venezolana

Cuba es un "cáncer" para Venezuela

Luis Prieto Oliveira – lprieto21@aol.com

En diversos ámbitos de la nación venezolana se ha venido manifestando una creciente repulsa popular contra la ominosa presencia de cubanos en diversas esferas del gobierno nacional. Escuchar el característico acento habanero en oficinas públicas es ya una ocurrencia cotidiana y genera un sentimiento de rechazo a un gobierno que entrega cada vez mayores áreas restrictas a su dominio soberano, a funcionarios leales a un gobierno extranjero.

Para los venezolanos
es ya un lugar común que la prédica antiimperialista del gobierno no es más que una pantalla, detrás de la cual se oculta, vergonzante, el más descarnado entreguismo que nunca se haya registrado frente a un país extranjero.

Los cubanos están al frente de áreas muy sensibles: identificación y extranjería, puertos, abastecimiento de alimentos, mantenimiento de instalaciones eléctricas,  notarías y registros mercantiles, inteligencia militar, policía política y de seguridad. Aunque los más evidentes deberían ser los "médicos" que supuestamente atienden a la salud de los barrios y los miles de "entrenadores" deportivos que están distribuidos por todo el país, lo cierto es que ocupan posiciones estratégicas que, para un número creciente de observadores, indican una paulatina, pero segura invasión de extranjeros y el manejo directo de nuestro país.

Es creciente el número de analistas y especialistas que hablan de Vene-Cuba como una nueva realidad fáctica, que tenderá a convertirse en una verdad legal, si se avanza en las claras intenciones del régimen actual, de crear una nueva entidad nacional que conjugue ambos países. Desde el punto de vista histórico, podría hablarse de que las mismas reacciones adversas que se produjeron contra Bolívar, en su afán de poner el gobierno en manos de los neogranadinos y que condujeron a su destierro y muerte en la orfandad total de apoyo, podrían estarse gestando, como resultado de esta creciente influencia cubana.

Tempranas coincidencias políticas
Es bien sabido que el actual presidente-comandante ingresó a la Escuela Militar como parte de un contingente de cadetes cuya finalidad era penetrar a las fuerzas armadas. En estas fuerzas armadas, después de los fracasos de la conspiración izquierdista de los años 60, quedaron unos cuantos "topos", es decir, rezagados que se mantuvieron como fuente de información y de penetración. Los cadetes que llegaban iban dando fuerza a lo que ellos consideraban como una fuerza de liberación.

El intento de golpe del 4 de febrero no es explicable sin el auxilio de un grupo de oficiales de alta graduación, que protegieron y ayudaron a los conspiradores y evitaron ser descubiertos. Su trabajo continuó hasta lograr el sobreseimiento de la causa de los implicados. Sin embargo, es notable el hecho de que el presunto jefe de la rebelión, al salir de la cárcel, viajó a La Habana y fue recibido en el Aeropuerto Internacional José Martí por Fidel Castro en persona, quien le rindió honores de jefe de estado y lo llevó a un acto en su honor en la Universidad de La Habana, en el cual pronunció la hoy famosa frase de que Venezuela "navegaría hacia el mar de la felicidad que es la revolución cubana".

Ya en 1994, Cuba atravesaba por el llamado "Período especial", producto de la desaparición de la Unión Soviética y había iniciado la operación de recuperación revolucionaria, marcada por el Foro de Sao Paulo, que fue una especie de renacimiento de la llamada Tri-Continental de La Habana, donde la influencia y el respeto que inspiraba Fidel y su revolución sirvieron de columna vertebral para la creación de un nuevo movimiento, basado en la aplicación de una estrategia electoral. En esa reunión en Sao Paulo, urbe en la cual había adquirido el gobierno el Partido Travalhista de Luiz Inacio Lula Da Silva, se aprobó buscar la forma de llegar al poder por elecciones y, desde ese país, impulsar una revolución continental que diera a nuestro continente el papel de antagonista fundamental del Imperialismo norteamericano.

El análisis de la situación venezolana después del intento de golpe de 1992 y el ulterior proceso judicial contra Carlos Andrés Pérez, llevó a la conclusión de que era posible, con la contribución de todos, ganar el gobierno, que contaba con abundantes recursos y, desde allí, asegurar el ascenso de movimientos similares. Como se ve, fuera de fábulas de Samán de Güere, había una cuidadosa planificación estratégica y se consiguieron cuantiosas contribuciones financieras de personajes como Muamar Gadahfi, Saddam Hussein, los ayatolahs iraníes y movimientos como las FARC de Colombia, Ira de Irlanda, Hezbolá del Líbano, Hamas de Palestina y otros.

Las sucesivas acciones del gobierno venezolano, tanto en el logro del triunfo electoral de Lula como en los de Evo Morales y Rafael Correa, así como el apoyo financiero y logístico a la familia Kirchner en Argentina, revelan que no es un proceso de casualidades, sino de etapas muy claras de una precisa planificación estratégica.

La creciente dependencia
Casi desde el mismo instante en el cual se inició el gobierno actual, se han trazado diversos programas de "cooperación" entre Venezuela y Cuba. En un principio se centró la cuestión en el suministro de petróleo y derivados. Siempre se ha entregado a los insulares una cantidad de hidrocarburos claramente superior a sus necesidades reales, en condiciones verdaderamente imposibles.

Aunque podría considerarse que Venezuela, por razones de cooperación internacional y solidaridad hemisférica, podría tener la obligación de ayudar a terceros países, es muy cierto que estos sacrificios deben ser conmensurados con la capacidad y posibilidades de nuestra producción. Financiar la compra de un material de consumo inmediato a un plazo largo y con intereses irrisorios, es un disparate económico, porque crea economías falsas y tiende a fundamentar aspiraciones desproporcionadas. Por eso debe estar limitado muy severamente y atender solamente lo que pudiera considerarse que es la demanda marginal de esos países.

El acuerdo de San José, suscrito en los años setenta, se basaba en un aporte de 160 mil barriles, que era, aproximadamente 5% de la producción nacional y los términos de financiamiento implicaban obligaciones de realizar obras públicas o proyectos de inversión en los países beneficiarios, para los cuales debía darse preferencia a empresas o materias primas venezolanas. Esta iniciativa permitió que empresas venezolanas de construcción participaran y ganaran importantes contratos de vialidad, acueductos, edificaciones  escolares, hospitalarias y residenciales o turísticas.

Para el inicio del gobierno chavista, Venezuela disfrutaba de una magnífica situación de crédito internacional y podía, generalmente, obtener   precios y condiciones de crédito muy favorables, sin embargo, ser observó una tendencia creciente a que las compras se triangularan con empresas cubanas, con el resultado de sobreprecios que llegaron a ser muy significativos. También se comenzó a otorgar contratos muy generosos a empresas insulares, tanto en el área de construcción como en  las de mantenimiento y operación. Lo cierto es que los cubanos no poseían experiencia o conocimientos básicos para realizar los trabajos contratados, como ha pasado, por ejemplo, en el área de energía eléctrica, con el resultado caótico que todos conocemos.

De manera paralela se iban transfiriendo a los cubanos funciones en áreas en las cuales no poseen capacidad tecnológica, como es el caso de las empresas de puertos, donde ahora poseen 49% de la empresa Bolipuertos, sin haber hecho ningún aporte de capital o tecnología. Se les ha delegado la adquisición de equipos eléctricos, iniciándose con la compra de los llamados bombillos "ahorradores", negociación en la cual se ganaron una porción leonina.

Los ejemplos se multiplican: aunque hoy Cuba es uno de los países más atrasados en tecnología azucarera obtuvo contratos para modernizar nuestra industria en ese campo, con resultados catastróficos, tales como la instalación de un mega-central azucarero en Barinas, que resultó en un enorme escándalo de corrupción., que aún se mantiene en total  inacción por parte de las autoridades.

 Por otra parte, se elaboró lo que parece ser un plan específico para que el gobierno insular pasara a ejercer control sobre actividades verdaderamente vitales para el concepto de soberanía. La presencia cubana en las funciones de emisión de pasaportes y cédulas, en las notarías y registros, que controlan la información vital sobre las propiedades y empresas en el país.
Por supuesto, uno de los programas más alabados por el régimen es el de Barrio Adentro, que estableció miles de consultorios médicos en los barrios, atendidos exclusivamente por cubanos cuya titularidad como médicos es dudosa y además incumplen disposiciones legales en cuanto a la reválida de títulos y reconocimiento gremial. Pero en diversas publicaciones recientes se ha evidenciado que este era un programa de adoctrinamiento político, llevado a cabo por funcionarios de seguridad interna de Cuba y controlado por el G-2, el siniestro cuerpo de inteligencia militar y política que tantas víctimas ha causado en Cuba, África y en otras partes. Gran parte de las compras de equipos médicos de alta tecnología se quedaron en Cuba, que, de esa manera logró renovar su parque tecnológico.

Un extraño negocio
PDVSA entrega a Cuba 110 mil barriles diarios de petróleo y derivados, pagaderos con una pequeña porción de contado y el resto con plazos de hasta 25 años e intereses de 2%, con sacrificio de los precios. Se dio el caso de que se financiaban los fletes, pagados de contado a empresas cubanas, y cobrados a largo plazo. Por otra parte, aún cuando la producción local cubana es relativamente pequeña, parece evidente que el monto entregado por Venezuela deja un excedente de 50 a 60 mil barriles diarios, que Cuba vende en el mercado internacional a precio de oferta spot y al contado estricto. Hay quien dice que, por tratarse de un petróleo para el cual hay pocas refinerías aptas, es directamente vendido a CITGO, la empresa venezolana de refinación y comercialización de hidrocarburos en Estados Unidos, que se ve obligada a comprar entre 200 y 400 mil barriles diarios de crudo para cumplir con sus compromisos con los refinadores.

Como se ve, este extraño manejo petrolero, en perjuicio de PDVSA y de la nación, es un negocio jugoso para Cuba, que cubre con todas estas corruptelas  una porción vital de su presupuesto de divisas. Estas ganancias ilegales, de simple explotación, incluso mucho más descarada y nociva que cuanto de inmoral pueda haber inventado alguna vez el odiado "imperio", se obtienen exprimiendo a los venezolanos.

Pero la expoliación no se detiene allí, hay muy diversas maneras de desplumar a un pollo, y los cubanos parecen conocer muy bien todas ellas. Transfieren medicinas vencidas o a punto de vencer, a Venezuela, y las cobran a precio internacional de medicinas patentadas de primera calidad, aunque sus efectos terapéuticos podrían ser muy discutibles.

Otra triquiñuela se produjo con la importación de plantas eléctricas, necesarias para aliviar la crisis de la generación y transmisión,  producida por falta de mantenimiento y de programas adecuados de inversión. Centenares de millones de dólares de plantas pequeñas, inútiles en un sistema integrado como el venezolano, fueron "compradas" por empresas insulares y entregadas a Venezuela. Se encuentran arrumadas porque son inoperables o no corresponden, en sus especificaciones, a las necesidades del sistema venezolano

Un ejemplo particularmente odioso es el de las nuevas cédulas de identidad "inteligentes", que fueron contratadas por una empresa cubana en 170 millones de dólares y subcontratadas con otra méxico-holandesa por algo más de 40 millones de dólares. Este tipo de ganancias ilegales, de robo descarado, es lo que ha caracterizado la relación entre ambos países y lo que ejemplifica un horizonte de corrupción, en el cual se ocultan los ideales teóricos para dar rienda suelta a un enriquecimiento capitalista lleno de hedonismo y de vulgaridad, como muy pocas veces puede verse en el mundo capitalista.

La ideología es un negocio
A lo largo de todos estos años de régimen autoritario en Venezuela, ha sido el ejemplo, la experiencia cubana en la supresión de la voluntad y la opinión de la gente, en la represión de las más elementales expresiones de libertad, la que ha dado un sustento ideológico a lo que comenzó como una simple rebelión militarista.

La llamada revolución bolivariana, que en sus inicios era apenas una forma de redistribuir el poder para favorecer a los militares de baja graduación, a medida que podía comprar algún ropaje ideológico, vendido por Marta Harnecker, Heinz Diederich, en el campo del socialismo autoritario; Ceresole en el de la experiencia fascista de rasgos militares, parecida a la de Perón en Argentina y otros como Ramonet, que le daba un cierto barniz de refinación intelectual a un grupo de verdaderos paletos, fue transformándose para refocilarse en su riqueza, robada a los pobres cuya presencia supuestamente había justificado su rebelión y daba fundamento a su gobierno.

Lo que se quiere hacer pasar como una respetable doctrina filosófica, de alguna manera conectada con las experiencia universal del socialismo, ha devenido en una dictadura tropical latinoamericana, dominada por elementos muy claros de la praxis fascista, tales como la excesiva presencia del culto a la personalidad, la represión forzada de las opiniones y la creación de una cauda uniformada que guarda relación con los camisas negras de Mussolini, los camisas pardas de Hitler, los descamisados de Perón, los falangistas de Franco y tantos otros cuerpos uniformados de un solo color y agitados, mediante mecanismos de soborno y corrupción.
La influencia cubana ha sido esencial, en la creación de un estado policial, en el diseño de un sistema forzoso de escasez, como forma de someter por hambre a la población y en la desaparición de toda iniciativa privada, que no sea la ilegal de los detentadores del poder político. En cierta forma, hemos recibido el cáncer cubano de la sociedad que no produce nadas, que vive de chulear, que depende de la disciplina forzada por la miseria extrema e irredimible.

Como hemos visto, en un recuento somero de lo que ha significado la influencia cubana para Venezuela, con un costo contable de más de 12 mil millones de dólares, pero un costo humano de miles de muertes, de distorsión de los elementos centrales de la vida nacional y de la desaparición de algunos de los rasgos más positivos de nuestra sociedad tradicional.

Cuba es el titiritero que mueve a un escenario trágico de marionetas,  que se llenan la boca con discursos políticos y frases huecas de liberación, pero no pueden soportar un análisis descarnado, son dictaduras claras, mondas y lirondas, que no han dejado en el continente más que una amplia cosecha de frustraciones, muertes y silencios.
 
    
    

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